Una
noche en Transilvania unas personas iban
andando
cuando algo les pasó rozando, era el Conde Drácula decían algunos,
y otros
que
no, que solo era un murciélago. Rubén el caza vampiros, se adentró
en el castillo del Conde Drácula. Cuando iba subiendo la escaleras
vió restos de sangre que conducían hasta la cocina, que estaba
llena de polvo y mucha comida. Llegé al salón y no había nada solo
papeles y libros viejos, entré en la habitación y tampoco, aunque
había una pista, más sangre. Pero había un sitio en el que no
había mirado todavía.El baño y ,¡ allí estaba limpiandose los
dientes!Saqué los ajos, y dijo ¿que haces? Preguntó.
Que
mal huele. ¿No te quemas? dije sorprendido. No, claro que no.¿Y
los rastros de sangre que hay por las escaleras?No son rastros de
sangre es zumo de tomate, me encanta el zumo de tomate.Y lo más
importante por qué vas vestido de vampiro, promoción que no estás
en un castillo si no en un museo,El museo del vampiro.
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